EL DESENCLAVO DE LAS CACHADAS (PONTEAREAS)
Cruceiro de la familia Fortes – Cruceiro de las Cachadas (postal-foto de 1910). Casa de 1890.
El Desenclavo de As Cachadas, en Ponteareas, es muy similar al de Hío, aunque un poco más simple y tosco, no tan artístico. Creemos que esto se debe tanto al presupuesto disponible del propietario como, probablemente, a las circunstancias personales por las que atravesaba el escultor en ese momento.
“De toda la vida” —como dicen los vecinos—, esta obra se ha atribuido a José Cerviño. Así nos lo han expresado también los actuales propietarios de la casa. Según la tradición oral, transmitida de generación en generación, el cruceiro fue traído desde Aguasantas en un carro.
José Cerviño donó, además ,una imagen, que aún se conserva al lado del cruceiro, y que representa a Santa Rosa de Lima con el Niño Jesús. Este gesto fue en memoria y agradecimiento a la esposa del propietario, llamada Rosa, y a su hija, también llamada así.
La tradición oral siempre ha atribuido esta obra a José Cerviño. Como prueba de este reconocimiento popular, la calle de Ponteareas, donde se encuentra, lleva el nombre de “rúa José Cerviño”.
Y ahora vienen unos señores que, sin ningún rigor, sin documentación, sin apoyo en la tradición ni base sólida alguna, pretenden atribuírsela a Ignacio Cerviño. El único argumento que utilizan es que Ignacio Cerviño vivió en Ponteareas durante 20 años. ¡Claro! Como también lo hicieron muchos otros canteros, lo cual no basta para adjudicarles determinadas obras.
Estas mismas personas, con ese único argumento, tratan de atribuirle a Ignacio otras muchas obras que históricamente se han considerado de José Cerviño, tanto en Ponteareas como en otros puntos de la provincia de Pontevedra. Están haciendo mucho daño: a la verdad, al rigor histórico, al buen investigador, a la familia de José Cerviño, y a la historia misma.
Y que conste —lo decimos una vez más—, conocemos bien todos sus argumentos y publicaciones defendiendo la autoría de Ignacio Cerviño en emblemáticas obras que siempre fueron atribuidas a José Cerviño. Pero podemos afirmar, sin lugar a dudas, que esos argumentos no se sostienen. Para un investigador serio, no resultan válidos, pues carecen de documentos, pruebas y del mínimo rigor académico necesario para defender una tesis con seriedad.
Por todo ello, hacemos un llamado a respetar la historia, a valorar la tradición oral cuando está tan arraigada y acompañada de testimonios directos, y a investigar con honestidad, sin intereses que distorsionen la verdad. José Cerviño merece justicia histórica, y su legado, ser protegido.
Estanislao Fernández de la Cigoña sostiene lo siguiente:
“Las dos escaleras de As Cachadas muestran siete peldaños cada una, mientras que las de Hío tienen uno menos. También las primeras parecen más finas y con mayor longitud de peldaños que las de Hío.”
No obstante, esta afirmación no se ajusta a la realidad observable. Tanto las escaleras del Cruceiro de Hío como las del conjunto escultórico del Desenclavo de As Cachadas presentan siete peldaños. Este dato no es menor, ya que el número siete posee una profunda carga simbólica, especialmente en el ámbito de la simbología masónica, donde se asocia con la perfección, el conocimiento y la ascensión espiritual.
Cruceiro de Hio, donde se pueden apreciar los siete peldaños, en las dos escaleras.
Desenclavo de las Cachadas, donde se pueden apreciar los siete peldaños de las dos escaleras, y a la derecha la imagen de Sta. Rosa de Lima con el niño Jesús.
1. Introducción
En los últimos años, el debate sobre la autoría de algunas obras escultóricas gallegas del siglo XIX ha ganado notoriedad en círculos académicos y culturales. En este contexto, han surgido posturas divergentes respecto a la figura de José Cerviño García, tradicionalmente reconocido como autor de obras emblemáticas como el Cruceiro de Hío. Uno de los posicionamientos más polémicos proviene de Estanislao Fernández de la Cigoña, quien sostiene que Cerviño se habría beneficiado de la fama de Ignacio Cerviño, adjudicándose indebidamente obras que no le corresponderían (Fernández de la Cigoña, 2003). EEste artículo propone una revisión crítica de tal afirmación, fundamentada en criterios documentales, estilísticos e historiográficos. A través del análisis de fuentes primarias y secundarias, se busca esclarecer la atribución de ciertas piezas clave del patrimonio escultórico gallego y defender la necesidad de un tratamiento riguroso, desprovisto de juicios especulativos o afectivos.
2. Cuestionamiento de la hipótesis de Fernández de la Cigoña. La tesis de Fernández de la Cigoña parte de una premisa que carece de respaldo documental suficiente: que José Cerviño habría aprovechado la reputación de Ignacio Cerviño para adjudicarse la autoría de ciertas obras (Fernández de la Cigoña, 2003). Sin embargo, esta hipótesis no se sostiene si se considera que, hasta fechas relativamente recientes, Ignacio Cerviño era prácticamente desconocido en los estudios historiográficos y en la memoria popular . Además, no existe evidencia de que José e Ignacio Cerviño fueran familiares, a pesar de coincidir en el lugar de origen —la parroquia de Santa María de Aguasantas, en Cerdedo-Cotobade. La confusión probablemente se deba a la coincidencia del apellido y la procedencia geográfica, pero no hay constancia documental que los vincule por lazos de sangre.
Por el contrario, José Cerviño aparece documentado como un escultor ampliamente reconocido en vida, apodado “Maestro Cerviño” y vinculado a importantes encargos públicos, eclesiásticos y civiles en el sur de Galicia. Su figura está respaldada por múltiples testimonios orales y referencias en prensa y archivos parroquiales de la época .
La atribución a Ignacio de ciertas obras menores que antes se asignaban a José Cerviño ha sido posible gracias al hallazgo de documentación específica. No obstante, estas reasignaciones puntuales no invalidan la autoría de José sobre las piezas mayores más reconocidas. De hecho, las fuentes disponibles no permiten suponer que Ignacio gozara de una notoriedad mayor o anterior a la de José.
3. Documentación y criterios de atribución
Un aspecto clave en el análisis de la autoría escultórica es la existencia o ausencia de documentación. José Cerviño rara vez firmaba sus obras o dejaba constancia contractual, salvo cuando el encargo lo requería explícitamente —como en el caso de obras para el clero o para
instituciones públicas . Ignacio, en cambio, solía documentar sus trabajos con mayor frecuencia, utilizando incluso un tampón personalizado para sellar recibos y facturas.
Esta diferencia metodológica plantea una pregunta fundamental: si Ignacio documentaba sistemáticamente sus encargos, ¿por qué no existe constancia de autoría en obras de gran relevancia como el Cruceiro de Hío o el Cruceiro de Covelo? La ausencia de documentos firmados por Ignacio en estas piezas sugiere con fundamento que no fueron de su autoría. No se trata de una conjetura emocional, sino de un análisis deductivo basado en el método comparativo y la crítica de fuentes .
4. Tradición oral, percepción popular y memoria cultural
El reconocimiento de José Cerviño no depende exclusivamente de documentos escritos, sino también de la tradición oral y la memoria colectiva. Durante décadas, el pueblo lo identificó como el autor de diversas obras maestras, una percepción que tiene valor historiográfico, especialmente cuando es sostenida por generaciones en contextos rurales con fuerte transmisión cultural.
La historiografía debe atender a esta memoria sin caer en su idealización, pero tampoco ignorarla en favor de teorías más recientes sin base sólida. La reevaluación de autorías, si bien necesaria, debe evitar convertirse en una herramienta para construir relatos arbitrarios o para desplazar injustamente el reconocimiento de artistas consolidados.
5. Conclusión
A la luz de la evidencia disponible, es una barbaridad decir que José Cerviño se haya apropiado de la fama o de la obra de Ignacio Cerviño. La documentación existente, la tradición oral y el análisis formal de las esculturas atribuidas refuerzan la autoría de José sobre muchas de las obras más relevantes del arte gallego decimonónico. En ausencia de pruebas concluyentes, las hipótesis deben ser formuladas con prudencia, sin recurrir a juicios de valor ni a construcciones retrospectivas que distorsionen el contexto histórico. Asimismo, es fundamental corregir afirmaciones erróneas como la supuesta relación familiar entre ambos escultores, que no encuentra sustento en la documentación conocida. Maximino Fernandez Sendin
jueves, 4 de septiembre de 2025
JOSE CERVIÑO GARCIA "PEPE DA PENA" -El Miguel Ángel del granito gallego. Investigación.
La importancia del trabajo de Benito Campos sobre el Cruceiro de Hío y su atribución a José Cerviño
En 1985, Benito Campos elaboró un estudio sobre el Cruceiro de Hío destinado a un folleto turístico (tríptico), por encargo de la Diputación de Pontevedra. Consideramos que esta publicación fue la mejor de su época sobre el Cruceiro de Hío y sobre José Cerviño, ya que Benito Campos reunía una serie de cualidades y conocimientos que le conferían gran autoridad: era natural de Cotobade, concejal en dicho ayuntamiento (donde se encuentra la parroquia de Aguasantas), maestro de escuela, investigador empírico —“iba preguntando por las casas...” según sus propias palabras— y profundo estudioso tanto del Cruceiro como de la figura y obra de José Cerviño. Todo ello contribuyó a que su trabajo para la Diputación de Pontevedra se convirtiera en un referente indispensable para quienes escriben o investigan sobre el maestro cantero o su obra más conocida.
De hecho, numerosos autores posteriores se han nutrido de este trabajo. Es importante subrayar que, en dicha publicación oficial de 1985 —respaldada por una institución seria como la Diputación de Pontevedra— Benito Campos no menciona en absoluto la tesis de Eugenio Eiroa, quien ya en 1964 intentó atribuir la autoría del Cruceiro de Hío a Ignacio Cerviño. La omisión de esta hipótesis no fue casual: Benito Campos la consideró insostenible, carente de fundamentos sólidos y de cualquier documento o argumento riguroso que la respaldara.
El tríptico fue reeditado en 1989 por Turismo Rías Baixas, con una tirada de más de 20.000 ejemplares distribuidos en oficinas de turismo, ferias y otros eventos similares. Tampoco en esta reedición se hace mención alguna a Ignacio Cerviño como autor, lo que refuerza la idea de que dicha atribución carece de base documental y credibilidad histórica.
No obstante, con el paso del tiempo, algunos autores iniciaron una verdadera “cruzada” para difundir la versión que atribuye la obra a Ignacio Cerviño. Utilizaron todos los medios a su alcance: charlas, conferencias, congresos de cruceiros… promoviendo una narrativa que contradice la tradición, la documentación existente y el consenso de los estudiosos más cercanos a la historia local. Esta difusión ha causado un daño considerable a la verdad, al rigor académico y a la memoria de uno de los más grandes maestros canteros que ha dado Galicia: José Cerviño García, “Pepe da Pena”.
Por nuestra parte, cuanto más investigamos, más reafirmamos la autoría de José Cerviño en el Cruceiro de Hío, el Cruceiro de Covelo... y otras grandes obras. Algunas de ellas serán mencionadas en este trabajo, el cual está respaldado por nuevos documentos que confirman lo que la tradición oral y la familia, siempre, le atribuyeron al maestro Cerviño.
Por todo lo anterior, nos ha parecido imprescindible incluir el trabajo de Benito Campos tal como aparece en el tríptico original.
El relato de Benito Campos coincide en gran medida con el testimonio oral de doña Noelia Rivas Cerviño, bisnieta de José Cerviño. En mis conversaciones con ella, ha añadido detalles valiosos sobre esta primera etapa de su bisabuelo:
“Su primera obra importante fue una cerda con sus cerditos, unidos por una cadena cuyos eslabones eran, claro, de granito…”
No cabe duda de que se trataba de una auténtica obra de arte. Así se lo había contado a doña Noelia su abuela Telesfora, hija de José Cerviño. Desafortunadamente, hoy en día se desconoce el paradero de esta escultura. Nos parece relevante recoger literalmente el testimonio de doña Noelia, por ser la voz viva más directa relacionada con la vida y obra de José Cerviño.
Asimismo, doña Noelia afirma:
“…el Cruceiro de Hío lo hizo mi bisabuelo (José Cerviño) en sus momentos libres, pues estaba trabajando en Hío, en la construcción… y no aparecen recibos ni facturas porque no cobró nada por ello”.
Nos atenemos a este testimonio, que coincide plenamente con el trabajo de Benito Campos. Según nos ha contado la familia, es muy probable que, para realizar su investigación, Campos haya contactado con Manuel Rivas Cerviño (nieto de José Cerviño), quien no solo le habría facilitado información de primera mano, sino que incluso le mostró dibujos del maestro, conservados por la familia en aquel entonces.
Asi lo recoge y describe Benito Campos en su trabajo para la Diputacion de Pontevedra en 1985.
“JOSÉ CERVIÑO GARCÍA, éste es el nombre del artista, nace en el año 1843 en el barrio de Pena, parroquia de Aguasantas, municipio de Cotobade, en la provincia de Pontevedra de padres labriegos y pobres, siendo esta pobreza, compañera de su vida, la que le obligó, a la corta edad de 11 años, a comenzar a trabajar de "pinche" en una cantera, cerca de su casa.
Con los pocos conocimientos que pudo adquirir asistiendo desde los seis años a la escuela primaria, asistencia que alterna ayudando a sus padres en las faenas agrícolas, comenzó a "ganar el pan con el sudor de su frente" y muy pronto se manifiestan sus dotes de artista aunque empezase lógicamente como aprendiz de cantero teniendo como primeras misiones el llevar al anochecer, y recogerlas a la mañana siguiente, las herramientas (picos, cinceles, punteros, etc.) al herrero, desde donde las trasladaba a la obra en renovado estado de utilización para el trabajo diario.
"Pepe da Pena", nombre con el que se le conocía entre los vecinos por su oriundez, comenzó a retrasarse en su llegada matutina al trabajo al poco tiempo de iniciarse como aprendiz, lo que empezó a causar extrañeza entre los obreros dado que su diligencia y puntualidad eran notorias. EL maestro de la obra pidió al herrero explicación sobre los motivos por los que no alistaba las herramientas mas temprano, recibiendo como respuesta que los utensilios quedaban preparados desde la víspera y que Pepe da Pena los recogía todas las amanecidas, añadiendo el herrero que incluso antes de que se levantara y que había observado que el aprendiz se daba incluso mas prisa para marchar. Ante tal hecho se propuso averiguar el motivo de la actitud del "pinche". Primero notó que las herramientas llegaban con ligeros vestigios de uso, pero todas por igual. Una mañana le siguió y vio como en un determinado punto del camino se desviaba para internarse en un espeso retamar. Se acercó cautelosamente a los pocos minutos y ¡cuál no sería su sorpresa!, vio a Pepe da Pena, hincado de rodillas sobre una gran mole de piedra que tenía convertida ya en una cerda con siete cerditos en actitud de mamar.
El artista había nacido. Hoy es el orgullo de su tierra natal. Su obra pertenece a la posteridad. Pepe da Pena -José Cerviño García en las aguas bautismales- tiene asegurado un lugar destacado entre los artistas pontevedreses.”
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JOSE CERVIÑO GARCIA " PEPE DA PENA" -NUEVOS DOCUMENTOS
NUEVOS HALLAZGOS-INVESTIGACION - JOSE CERVIÑO "PEPE DA PENA". Aparecen valiosos documentos del escultor José Cerviño “Pepe da Pena” " El Miguel Ángel del granito gallego" Cerdedo-Cotobade, abril de 2025 – Han salido a la luz más de una veintena de documentos inéditos relacionados con el maestro cantero José Cerviño García, conocido popularmente como “Pepe da Pena” (1843–1922), figura clave en la historia de la escultura gallega en piedra.
Los documentos fueron hallados en un viejo baúl guardado en el desván de su casa natal, en el barrio de A Pena, parroquia de Aguasantas, en el municipio de Cerdedo-Cotobade (Pontevedra). Entre los materiales encontrados se incluyen planos originales, fotografías antiguas, anotaciones personales y diversos apuntes técnicos.
A Cerviño se le atribuyen algunas de las obras más emblemáticas de la escultura en granito de Galicia, especialmente en la especialidad de cruceiros, como el célebre Cruceiro de Hío (1872) y el Cruceiro de Covelo (1899).
Además de este hallazgo, han sido localizados en distintos puntos de la provincia otros documentos firmados por Cerviño, así como justificantes de pago por encargos realizados en importantes iglesias gallegas, y también en panteones de gran valor artístico.
La investigación está siendo desarrollada por el escritor e historiador Maximino Fernández Sendín, quien prepara un libro dedicado a la vida y obra del escultor. La publicación, que podría ver la luz en julio, llevará como título provisional:
“José Cerviño ‘Pepe da Pena’: el Miguel Ángel del granito gallego”.
Fernández Sendín mantiene contacto estrecho con la familia Cerviño, en especial con Doña Noelia Rivas Cerviño, bisnieta del artista, quien conserva numerosos recuerdos transmitidos por su abuela Telesfora Cerviño, hija del escultor.
El trabajo de investigación incluye también una amplia labor de campo y recopilación de testimonios orales sobre la figura de Cerviño, así como la consulta de archivos históricos. Uno de los más relevantes ha sido el Archivo Diocesano de Santiago, que alberga numerosos libros de fábrica de iglesias de Galicia, de los cuales el autor ya ha extraído valiosa información.
“Espero que esta investigación represente una importante aportación al conocimiento y reconocimiento de la vida y obra del maestro de maestros, José Cerviño ‘Pepe da Pena’”, señala Fernández Sendín.
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