viernes, 24 de septiembre de 2010

El Cruceiro de Covelo, Ejemplar Único




























Maestro cantero José Cerviño ( Pepe da Pena)



















II Congreso Galego Sobre "Cruceiros e Cruces de pedra"

24 y 25 de Septiembre del 2010

Castillo de Villasobroso

Ponencia de Maximino Fernández Sendín

Centro de Estudios de A Paradanta y O Condado- Casa Museo Pazo da Cruz

EL CRUCEIRO DE COVELO, EJEMPLAR ÚNICO.

Cruceiro de Covelo :Santísimo Cristo de los Afligidos


El cruceiro de Covelo, bajo la advocación al Santísimo Cristo de los

Afligidos , es uno de las más artísticos, monumentales y de mayor riqueza iconográfica de Galicia.


Es UNICO , entre los más de 10.000 , que se supone existen en territorio gallego, que tiene alegorías profanas, en el basamento, a la : Industria , la Agricultura, la Justicia y las Artes.


Algo singular e insólito, en éste tipo de manifestaciones, donde todas, excepto ésta, son netamente religiosas.

La obra, se atribuye, al genial maestro cantero José Cerviño Garcia ( Pepe da Pena) autor, entre otros, del mundialmente conocido cruceiro de Hio , obra cumbre de la cantería gallega del siglo XIX ( aunque otros autores, defienden que su artífice fue su coetáneo y vecino , Ignacio Cerviño Quintero, pero no existe documentación que lo acredite)

Fue costeado, por D. Juan Antonio Tielas Fontan, vecino de Covelo ( Castro)

Y tiene una curiosa Historia, donde interviene: La , el dolor, la aflicción, el amor y la tragedia ,de toda una familia.

Ésta es :


En 2003 publiqué “ GALICIA : EL CRUCEIRO Y SU ORIGEN. CRUCEIRO DE COVELO SANTISIMO CRISTO DE LOS AFLIGIDOS, OBRA DE JOSE CERVIÑO, EJEMPLAR UNICO”


Dedicando el primer capítulo , del mencionado trabajo a realizar un breve recorrido por el origen y evolución de los cruceiros , comenzando en la Irlanda del siglo VI y VII , cuando se comienza a cristianizar los menhires ,hasta finalizar, tal como lo conocemos en la actualidad ,con todos los elementos propios, en Galicia (siglo XIV).


En la segunda parte de este trabajo y con mayor extensión abordo el estudio del cruceiro de Covelo, con el propósito de esclarecer, las múltiples incógnitas, que existían en torno a éste armonioso, bello y singular monumento, que es uno de los más importantes de Galicia.

Fueron más de tres años de trabajo de campo, e investigación en diferentes archivos: familiar , institucional y eclesiástico.

Me intrigaban principalmente, cuatro aspectos:


¿ Quién fue su artífice?


¿ Cual había sido la razón para que su benefactor D. Juan Antonio Tielas Fontan , costeara tan magna y costosa obra?


¿ Por que, la Iglesia permitió incluir figuras profanas en éste cruceiro, algo que nunca había sucedido anteriormente y tampoco nunca más , se volvería a producir ?


Así mismo, poner luz, en la polémica, de, si se trataba de alegorías profanas, o si las mencionadas figuras representaban, a las Virtudes Cardinales, como había defendido el célebre escritor e investigador, ya fallecido ( Hipólito de Sá.)


Del mismo modo, en este trabajo, realicé un pormenorizado estudio de los diferentes elementos y figuras que componen éste cruceiro, lo cual permitió, aportar nuevos e interesantes datos.

Y éste es el resultado de dicha investigación:

CRUCEIRO DE COVELO : AMOR , FÉ Y DOLOR

El cruceiro de Covelo bajo la advocación al Santísimo Cristo de los Afligidos, encierra una bella historia , porque en su ejecución intervinieron la aflicción, la Fe, el amor , el dolor, y la tragedia.




LA FÉ --El fallecimiento de forma repentina ( de un derrame cerebral, en 1895) por lo tanto sin confesión, de la única hija de D. Juan Antonio Tielas Fontan , pensamos, fue la causa para que éste , emprendiera la construcción del cruceiro , para así ganar indulgencias y aminorar el paso de su hija , Maria Benita , por el Purgatorio, tal como proponía la Iglesia



TRAGEDIA- D, Juan Antonio , murió el 14 de abril de 1898 , y dos días después, lo hace su esposa, Josefa Cruces . Por lo tanto, los dos fallecieron, un año antes de inaugurarse el cruceiro (1899) no lo vieron finalizado.



Es probable que el dolor, no superado, por la muerte de su única hija , fuera la principal causa de éste desenlace trágico.


DESCRIPCIÓN DEL CRUCEIRO


En su parte mas alta ,en el anverso Jesús Crucificado y un Ángel que llega volando , recoge su sangre en un cáliz.

En el reverso, la Virgen apoya sus pies sobre tres Ángeles; mas arriba dos Ángeles sostienen una corona sobre su cabeza, en lo más alto una paloma ( el Espíritu Santo)




La cruz es sostenida por un artístico capitel con cuatro caras de ángel.



En lo mas alto del varal la imagen de la Virgen de la Concepción



Mas abajo y también en el varal, las imágenes de Adán y Eva. Adán echando las manos a la cabeza y Eva tapando sus pechos desnudos con las manos.





En la base del varal , la culebra ( el demonio)

Resaltar que el fuste o varal de este cruceiro es de mármol, nada frecuente en este tipo de monumentos.




En el pedestal seis figuras humanas. En los ángulos del basamento las alegorías a la Industria, Agricultura, Artes y Justicia, además de Santiago peregrino ( patrón de la parroquia) y la figura que creemos es San Juan Bautista , aunque se tiene por la del Salvador.



Todas las figuras calzan sandalias , excepto San Juan Bautista, que está descalzo y Santiago , con un tipo de botín ,





RETABLO DE ÁNIMAS


Se encuentra en la parte delantera del cruceiro y se halla policromado. Esta presidido por la Virgen del Carmen con el escapulario y llevando al Niño Jesús. Cinco Ángeles observan desde el Cielo. Dos Ángeles , uno a cada lado, rescatan dos ánimas del Purgatorio (simbolizadas en dos niños, puros limpios de pecado…) Tres ánimas mas tienden sus brazos implorando ser rescatados. Mas abajo , ocho ánimas, hombres y mujeres semidesnudos, unas y otras purgan sus penas entre las llamas.


¿FIGURAS PROFANAS O VIRTUDES CARDINALES?


Reseñar que son figuras femeninas y se encuentran en los ángulos del basamento . las imágenes de la Industria y la Agricultura son de mayor tamaño ( 134 cm.) y en sus cabezas portan coronas de laurel, mientras que la de las Artes y la Justicia, poseen un tamaño algo inferior (125 cm.) llevan capa , pero no corona.







IMAGEN DE LA INDUSTRIA

Apoya su mano derecha sobre una gran rueda dentada mientras que con la izquierda sujeta una llave grifa.



IMAGEN DE LA AGRICULTURA


En su mano derecha lleva una azada mientras que en la izquierda sujeta una hoz



IMAGEN DE LAS ARTE

En su mano derecha porta un cáliz y la izquierda la apoya sobre el pecho






IMAGEN DE LA JUSTICIA


En su mano derecha la espada y en la izquierda una balanza.




























¿ESTAS FIGURAS REPRESENTAN A LAS VIRTUDES CARDINALES O SON ALEGORIAS PROFANAS?


Tras su detallado estudio no nos cabe la menor duda de que se trata de alegorías profanas. La polémica surgió tras la publicación de un artículo en el Faro de Vigo el 24 de diciembre de 1984 cuyo autor era el célebre historiador Hipólito de Sá, en el cual defiende que las figuras que se tienen por profanas en el cruceiro de Covelo , son en realidad, las Virtudes Cardinales, influido , probablemente, por el carácter netamente religioso de todos los demás cruceiros de Galicia ; y lo sostiene de la forma siguiente “…hace unos años que fui a dar una charla a Covelo…intrigado me paré a estudiar el célebre cruceiro que se levanta en el centro del pueblo… y lo que se quiso plasmar en las imágenes son la representación de las cuatro Virtudes Cardinales : Fortaleza, Templanza, Justicia y Prudencia… no creemos acertado la interpretación que se da a dichas imágenes, al identificarlas como representaciones simbólicas de la Industria, la Agricultura, , las Artes y la Justicia



Pensamos que esta afirmación se debe al escaso tiempo que dedicó Hipólito de Sá a observar el cruceiro y probablemente influido, como decíamos, por el carácter netamente religioso de los mas de 10.000 cruceiros que existen en Galicia.




También hemos podido constatar que, vecinos de Covelo , que diariamente pasaban ante el cruceiro no habían reparado en los detalles de las figuras , como por ejemplo: la imagen de la Industria que además de una rueda dentada, sostiene en la otra mano una llave grifa y la de la agricultura que además de la azada ,porta una hoz , ambas pasaban desapercibidas , antes de que se procediera a la limpieza del cruceiro, que se ha realizado recientemente.



Nunca a lo largo de la Historia la Iglesia ha representado a las Virtudes Cardinales de ésta forma, tal como es de sentido común y además hemos investigado en multitud de pinturas ,esculturas.. vidrieras ,religiosas. Y en ninguna se representan de esa forma ¿ Como se puede representar una Virtud , Cardinal , con rueda dentada y una llave grifa o una azada y una hoz… Claras y didácticas, representaciones de la Industria y la Agricultura…y sorprende que un estudioso, lo ponga en duda.



y además el pueblo siempre las ha considerado alegorías profanas…tal como pudimos constatar incluso con personas que rondaban los 100 años , porque así se debieron presentar el día de su inauguración…y la memoria colectiva , no suele equivocarse.


¿ POR QUE ESTAS ALEGORIAS PROFANAS?

Ya desde el siglo XVIII comienzan a utilizarse con cierta frecuencia estas alegorías de la industria , agricultura , artes y justicia en diferentes construcciones públicas y privadas. Pero es a mediados y en mayor medida , a finales del siglo XIX cuando se pone de “moda” entre las clases más pudientes y organismos incorporar en casas importantes , palacios y obras públicas, éstas representaciones. Se quería recibir al nuevo siglo con los símbolos que representaban la modernidad, sobre las cuales debía sustentarse el desarrollo. Estos sucedió tanto en Europa como en América y otros continentes.




Del mismo modo la iglesia se quiso sumar, con actos y celebraciones y “recomendando” se realizaran obras con este fin.



Pensamos igualmente que pudo influir en ésta concesión , el que D. Juan Antonio Tielas Fontan , compró al Obispado los terrenos y casas que tenia en Castro ( Covelo) , que en su día fueron parte de una antigua capilla que existió en dicho lugar , consagrada a la Purísima Concepción , todo ello próximo a la casa de D. Juan Antonio y que debieron alcanzar un elevado precio , pues una de las casas tenia molino, además de una de las mejores fincas del lugar, llana y grande. Dicha adquisición y las circunstancias mencionadas , pensamos fueron la principal causa de que la Iglesia permitiera ésta excepción, que nunca mas volvería a producirse, dentro de los cruceiros en Galicia.




MAESTRO CANTERO ARTIFICE .

José Cerviño García (Pepe da Pena)

La tradición oral, atribuye ésta obra , a José Cerviño Garcia ( Pepe da Pena ) Pero hasta el momento no existe prueba documental que lo acredite . Por el lugar siempre se ha dicho : “ ...es obra de José Cerviño al igual que el de Hio”


Cuando revisé los más de 1.500 documentos que posee la familia de D. Juan Tielas Fontan , entre los cuales me habían dicho que estaba la factura, con el importe del mencionado cruceiro, extendida , por José Cerviño, todo ello manifestado por la Sra. Lola ( familiar de D. Juan Antonio ) afirmando que ella misma lo había visto “hace unos años”. Pero no lo localicé, a pesar de revisar varias veces, aquel viejo baúl, que los contenía

Pero, si, el testamento de D. Juan Antonio , realizado en Portugal, donde tenia negocios ,y mandado traducir posteriormente al castellano, tras su fallecimiento , por sus herederos , y otros documentos que hacían referencia a él y su familia.


Me decía la Sra. Lola ,que tal vez algún otro familiar lo hubiera cogido.

Por otra parte no somos ajenos a la polémica ,de, si el cruceiro de Hio ,atribuido por la mayoría de autores al maestro cantero José Cerviño García ( Pepe da Pena) o si por el contrario es obra de su coetáneo y convecino , Ignacio Cerviño Quintero , como defiende su principal valedor , D. Eugenio Eiroa Hermo.




A pesar de haber seguido ésta polémica con interés y estudio , puedo decir, que no existe ninguna prueba concluyente que permita atribuir la autoría a uno u otro, aunque la tradición oral , Castelao y otros autores , dan como artífice a José Cerviño. ( Pepe da Pena)




Y es una verdadera injusticia que obra tan extraordinaria, pueda atribuirse a quién no fue su autor, y que aún no se haya localizado la documentación que acredite, sin lugar a dudas, a uno u otro la autoria ,de ésta obra maestra, de la cantería gallega.




Similitudes del cruceiro de Hio y el de Covelo.


Por estudios comparativos de varios autores ,entre los que nos encontramos, se defiende que bien pudiera tratarse del mismo artífice,, pues entre otras, tienen las siguientes similitudes :



Las figuras de Adán y Eva , parecen del mismo autor ya que son similares en ambos cruceiros.

Los dos cuentan con una figura de la Purísima Concepción , de estilo, e incluso, tamaño similar ( igualmente parecen del mismo autor)

Los dos, tienen representaciones de la Virgen del Carmen con el escapulario y las “almiñas” en el Purgatorio, implorando, con las manos en alto. ( José Cerviño solía representar en sus obras la Virgen del Carmen con el escapulario y las “almiñas” con los brazos en alto implorando la salvación, y tanto el de Hio como el de Covelo, cuentan con ésta representación. Uno en piedra y otro en escayola ( sabemos que José Cerviño , trabajaba con igual maestría , la piedra, la madera y la escayola)



CONCLUSION


Estas múltiples razones, donde se conjuga el Arte , la Fe, el Amor, la Aflicción y la singularidad, convierten al cruceiro de Covelo, en uno de los más ; bellos , artísticos, monumentales, de Galicia y UNICO , con alegorías profanas en el territorio gallego.



Destacando su riqueza iconográfica ( 43 figuras lo componen )





OTROS CRUCEIROS DE COVELO



Aprovechando éste trabajo quiero reseñar, dos, interesantes cruceiros , que se encuentran en la misma parroquia de Covelo, y no tan conocidos.



( Las 14 parroquias de Covelo albergan más de 30 cruceiros)



ANTIGUO CRUCEIRO DE COVELO


En nuestra investigación hemos rescatado un documento de 1824 , por el que sabemos que Covelo ya contaba con un cruceiro “…instalado en la plaza publica y campo donde se hacia la feria…”


El pedestal de este viejo cruceiro se encuentra actualmente en el cementerio de Covelo, sirviendo como soporte, de una fuente.


Aun se puede leer la leyenda: SE HIZO EL AÑO 1824 SIENDO ABAD DE ESTA PAR D. JOSE MANUEL NUÑEZ. Otra parte de este antiguo cruceiro se encuentra al fondo del mismo cementerio , formando parte de uno nuevo ( la parte antigua de este nuevo cruceiro es : El capitel con cabezas de ángel y una imagen de la Virgen. Una parte del varal en la que se encuentra una imagen de San Francisco de Asís) El resto de este cruceiro es de nueva factura.



CRUCEIRO DE LA HERMANDAD (NUEVO) EN A HERMIDA (COVELO)

Próximo a la capilla de San Pedro, en A Hermida, se encuentra un cruceiro que es réplica, del más antiguo que se conserva en Galicia , el de Melide A Coruña) (Siglo XIV)

Fue levantado e impulsado por el Centro de Estudios de A Paradanta y O Condado , por suscripción popular en el año 2006,.

Para visitantes y estudiosos es una oportunidad de contemplar una fiel reproducción del cruceiro más antiguo de Galicia, sin tener que desplazarse a Melide ( A Coruña)


Es obra del maestro cantero, Francisco Vaamonde Núñez (de Cambados) que lo esculpió con fidelidad y a escala. Este mismo cantero , ha realizado diferentes trabajos en la zona, entre otros, en la Casa Museo Pazo da Cruz, donde es autor de diferentes reproduciones de molinos, castreños , barquiformes , y circular romano , el escudo del Centro de Estudios de A Paradanta y O Condado y otras obras.


Bibliografía:

FERNANDEZ SENDIN , M. 2003 Galicia el cruceiro y su origen . Cruceiro de Covelo: Santísimo Cristo de los Afligidos, obra de José Cerviño, ejemplar único” 70 pp. Edición del autor.


FERNANDEZ DE LA CIGOÑA. E. 1997” Cruces e cruceiros de ánimas da provincia de Pontevedra” 78 `pp

FERNANDEZ DE LA CIGOÑA. E- SAMPEDRO FERNANDEZ . A. – 2009 Cruces , cruceiros e petos de animas do Concello de Covelo – Tomo – I- y II. AGCE.
FERNANDEZ PINTOS . X. Revista Pregón ( Ponteareas) 1998-1999

MARTINEZ TAMUXE . X.Cruceiros, cruces e almiñas do Baixo Miño. I Concello do Rosal’ (1999), ‘


EN DEFENSA DEL MAESTRO CANTERO JOSE CERVIÑO GARCIA ( PEPE DA PENA)

Castelao y otros reconocidos autores, así como la tradición oral atribuyen al maestro cantero, José Cerviño García ( Pepe da Pena ) la autoria del cruceiro de Hio, la obra cumbre de la canteria gallega, en ésta especialidad, (siglo XIX)

Pero en 1964 , surgió la polémica , tras un articulo publicado en el Faro de Vigo, cuyo autor era Eugenio Eiroa Hermo, fallecido recientemente . En él, defendía, que el autor no era José Cerviño Garcia si nó, Ignacio Cervino Quintero , convecino y coetáneo de José.

El mencionado artículo tuvo una enorme repercusión y desde entonces surgió la polémica, que dura hasta nuestros días , multiplicada con el tiempo por otros autores.


Las pruebas que aporta el Sr. Eiroa no son concluyentes, porque , hasta el momento no ha aparecido ,que nos conste, ningún documento que acredite que el Cruceiro de Hio fue esculpido por Ignacio , como no existe tampoco documento que refrende que lo hizo José Cerviño.

Defiende el Sr. Eiroa, entre otras, que el párroco de Hio , por aquel entonces (1844- 1884) D. Juan Manuel Miguez, encargó a Ignacio Cerviño , éste cruceiro y sus esculturas , pero éste documento no ha aparecido, se dice que pudo quemarse durante un incendio y otras versiones , como que, Ignacio Cerviño , en ese tiempo ( 1872) estaba censado en la zona.... pero nada de ello es cocluyente.

Lo que si perdura es la tradición oral y la reconocida y obra de Castelao, sobre " As Cruces de Pedra..." y otros autores reconocidos ,donde lo atribuyen a José. Y así era, hasta que salio a la luz el mencionado artículo del Sr. Eiroa, que es el principal valedor de Ignacio Cerviño, y que dió lugar a que posteriormente, otros autores lo recogieran en sus escritos, con un efecto multiplicador.

Castelao ( 1886- 1950) José Cerviño ( 1843- 1922) e Ignacio Cerviño (1839 ¿ 1905) son contemporáneos, son del mismo tiempo, y si Castelao , recogió en su trabajo que el autor es Pepe da Pena ( por error escribe Calviño ) Cerviño , merece toda nuestra credibilidad , pues entendemos que Castelao se basó en documentos o recogió la tradición oral del momento y de haber cometido error, pensamos surgirían en su defensa otros autores y probablemente también, familiares de Ignacio , reclamando la autoria, y esto no sucedió.

Es decir, hasta que no se publicó el mencionado articulo , que tengamos conocimiento, no se atribuía el cruceiro de Hio a Ignacio Cerviño Quintero.

Bien es verdad que otras obras , retablos , panteones…atribuidas a José Cerviño , posteriormente se documentó que eran de Ignacio . confusión , probable, pensamos ,por ser ,José más famoso y al mencionar , solo, Cerviño, terminó por completarse, con el nombre de José, que era el más conocido .

Como continua la polémica , muchos autores prefieren referirse al “ maestro Cerviño” sin aclarar si se trata de José o Ignacio.


EL CRUCEIRO DE COVELO

El Cruceiro de Covelo se atribuye a Jose Cerviño , maestro cantero de otras muchas artísticas y bellas ,obras ,que no tenia por costumbre, hacer contratos ni facturas , bastaba la palabra ,tal vez por ello, murió en la extrema pobrezay además ciego. Por estudios comparativos , de diferentes especialistas, a los cuales nos sumamos, se ha llegado a la conclusion que el cruceiro de Hio y el de Covelo , son del mismo autor. ( Hio 1872 -- Covelo 1899) .

Sigue la investigación para obtener pruebas concluyentes en uno u otro sentido.



PARA SABER MAS - TRABAJOS DE OTROS AUTORES




José Cerviño García (1843-1922), escultor y cantero pontevedrés, y mi primo lejano.
José Cerviño García (conocido popularmente como Pepe da Pena) fue un escultor y cantero pontevedrés emparentado conmigo; concretamente, era primo segundo de mi tatarabuelo, y como mi tatarabuelo y tantos otros miembros de la familia, José se dedicó a ser cantero la mayor parte de su vida.
José nació el 23 de mayo de 1843 en el lugar de A Pena, y fue bautizado muy poco después en la iglesia parroquial de Santa María de Aguasantas. Su padre, Manuel Cerviño (1816-1891) era ilegítimo; su madre, Rosalía García Suárez (1817-1882), procedía de una familia muy enraizada en la zona. José fue el primero de sus cinco hijos.
Desde muy joven, José fue instruido para ser cantero y labrar la piedra, en abundancia en la zona. Debió de ser muy buen escultor, porque ya desde muy temprana edad dejó importantes obras de construcción y restauración no sólo en el municipio de Cotobade donde nació, sino en otras localidades gallegas. Entre sus obras, restauró la escalera de caracol de San Domingo de Bonaval, en Santiago de Compostela; construyó varios panteones en el cementerio de Santa María de Aguasantas (incluido el suyo propio), un panteón en Valongo, otro en Antas; en Lois, Lantaño, etc. Además, erigió varios retablos, imágenes y hasta campanarios, pero su obra más hermosa y emblemática es sin duda el Cruceiro de Hio (1872), que concluyó antes de cumplir los 30 años. Un prodigio.

Cruceiro de Hio, en la península de O Morrazo. Esculpido de un solo bloque de piedra por José Cerviño García en 1872.
En 1872 precisamente se casó con doña Telesfora Pena Barrera, natural de San Salvador de Lagares (Moraña) pero afincada en Aguasantas, donde su tío era párroco. La pareja tuvo cuatro hijos, pero en 1889 Telesfora murió repentinamente. Con varios hijos de corta edad a su cargo, José volvió a casarse, esta vez con Manuela Montero Duro, natural de San Juan de Nocelo y, tengo entendido, lejana pariente de Eugenio Montero Ríos, Presidente español durante el reinado de Alfonso XIII (de hecho, José Cerviño trabajó también el panteón familiar de Montero Ríos). José y Manuela tuvieron tres hijos más llamados Telesfora, Jesús y Valentín, que falleció joven. Sé que Telesfora se casó con José María Rivas (que era además su primo segundo), y la pareja tuvo dos hijos. Uno de ellos, Manuel Rivas Cerviño (1919-2008) fue entre otros cargos Presidente de la Federación Española de Tiro con Arco. Casado con una lejana prima, Manuel falleció hace poco, pero no dejó hijos. Su hermano Narciso, en cambio, sí que tiene descendientes, que hoy en día viven en Brasil.
Pero al igual que los descendientes de José Cerviño García, su obra vivie hoy personificada en la piedra, en recuerdo de este gran escultor que falleció, ciego y tristemente empobrecido, en 1922 en su Aguasantas natal
José Cerviño García (1843-1922) fue un gallego escultor cuyo mayor trabajo es el conocido Cruceiro de Hio, en la provincia de Pontevedra (España. de Manuel Cerviño (hijo bastardo de Teresa Cerviño Dogando ) y de Rosalía García Suárez (1817-1882) , pertenecía a una familia pobre de los escultores y los trabajadores agrícolas . Desde muy temprana edad se interesó en la escultura y modelado su Cruceiro magnífica antes era de 30 (1873 ) . Esto le valió el mérito suficiente para crear cruceiros similares en toda la región, aunque no s tan magnífica como la mencionada obra. También construyó iglesias y mausoleos para los pobladores locales que lo conocían como " Pepe da Pena "a causa de su lugar de nacimiento , una Peña ( municipio de Cotobade) . Se casó dos veces. Su primera esposa , Telésfora pena Barreira (1840-1889) murió dejándolo con cinco hijos. Su siguiente matrimonio fue con una mujer mayor de nacimiento, María Manuela Montero Duro , un pariente del Presidente del Gobierno español Eugenio Montero Ríos. Él es el abuelo del ex presidente de la Real Federación de Tiro con Arco Olímpico Español (Real Federación Española de Tiro Olímpico) , Manuel Rivas Cerviño . Cerviño García murió en la pobreza y ciego en 1922






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El panteón de la Familia Candeira
(Celeiros, Ponteareas)


El panteón de la Familia Candeira del cementerio parroquial de Celeiros (Ponteareas) es sin lugar a dudas, una de los monumentos más importantes del ámbito rural gallego, no sólo en materia de arte funerario, sino también, en lo que supone para la cantería tradicional. Construído en 1871, en apariencia no se distingue mucho de los ya estudiados de Forzáns o de Anceu. Sin embargo, de un detenido análisis se desprende con suma facilidad que tras el sencillo cantero que lo realizó se oculta un verdadero artista, en cuyo trabajo no cuesta mucho rastrear en su estilo el paso por algún tipo de academia, así como el ser un consumado técnico, capaz de labrar la piedra granítica como jamás se hizo en la cantería galaica.



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Arquitectónicamente el panteón de Celeiros se compone de dos cuerpos superiores croronados por una imagen. Todo él se levanta sobre un bajo zócalo escalonado y está ceñido por una reja de fundición. La altura total es aproximadamente de unos 4 m.
• La unidad inferior es la destinada a acoger las inhumaciones, que en este caso son de carga frontal. Es de planta cuadrangular, disponiéndose los nichos en dos calles, y en dos niveles en altura. Las esquinas están decoradas con caprichosos róleos, existiendo en el central un relieve representando dos guadañas cruzadas con un reloj de arena en el centro, y bajo estos elementos, la imagen de un buho. Constan varias inscripciones localizadas en los laterales del conjunto:
o Atentos contemplad esta morada
este asilo que los hijos agradecidos
como ofrenda cordial la más sagrada
a sus padres dedican enternecidos
o Sobre tus cenizas frías
sin dar lugar a consuelo
lloran ¡Ay! todos los días
Generosa Constancio Matías
en este breve destierro
• Sobre el cuerpo de nichos se asienta un gran sarcófago pétreo con abundante decoración. En ambos flancos lo decoran sendos paños ensartados en anillas. En cada esquina frontal vemos un pequeño angelote desnudo portando antorchas encendidas. Sobre el ataud, en su parte delantera hay una imagen sedente de la Fe, representada como una mujer de faz serena pero severa con los ojos vendados, la cual además de sostener una gran cruz, alza el Cáliz. A cada lado del féretro, pero apoyados en el cuerpo del nicho, vemos dos grandes ángeles arrodillados ataviados con largas túnicas, con las manos juntas en actitud de oración (el de la zona izquierda eleva ligeramente el rostro hacia el Cielo), y con amplias alas discretamente desplegadas. Es interesante señalar que existen en esta parcela dos inscripciones: una en una cartela del frente donde se puede leer GENEROSA CANDEIRA, y en otr sitio: 1871.
• Sobre el sepulcro se yergue la imagen de la Virgen María flotando sobre una nube por donde afloran las cabezas de angelotes. Esta efigie se levanta sobre una especie de peana, sostenida a su vez por un bajo cuádruple róleo. La Virgen tiene el rostro vuelto hacia el Cielo, rogando con una brazo extendido hacia arriba, mientras que con el otro señala hacia el suelo.
El panteón se encuentra en el cementerio parroquial, parcela adyacente al atrio de la iglesia, al que se accede desde este lugar. Nada más franquear la entrada el visitante se lo topa alzándose ante él. En consecuencia, su ubicación topográfica dentro del recinto funerario no puede ser más elocuente. A falta de otras informaciones más veraces, se recuerda en la parroquia que la familia Candeira había donado en su momento este solar para la construcción del cementerio, así como otros bienes raíces en favor de la parroquia o de colectivos locales desfavorecidos. Con ello se entiende la privilegiada ubicación del monumento.
Como es normal en este tipo de obras funerarias (véanse los anteriores análisis sobre panteones), la primacía de la estructura arquitectónica es muy evidente. Incluso el pesado féretro pétreo, meramente decorativo, contribuye a acentuar este aspecto. Sin embargo, es indiscutible que la imagen de coronación del monumento, al estar en pie, y con un brazo extendido hacia los Cielos le otorga al conjunto cierto movimiento visual ascendente.
En líneas generales las esculturas fueron talladas con relativa corrección. Los cuerpos están dentro de lo que cabe bien proporcionados, obteniendo cierto aspecto de verosimilitud. No obstante hay algunas insuficiencias en la labra. Por ejemplo, se aprecian casos de rostros en los que las mejillas ganan excesivo protagonismo, haciendo perder espacio a la cara. En los angelotes las piernas son desproporcionadamente gruesas, y los pies excesivamente grandes, e incluso de distintos tamaños. También se observa una deficiente composición en el trazado de los cuerpos de los ángeles. Hay otras aparentes incorrecciones, pero en verdad no lo son tanto, debiéndose mejor a los condicionamientos del soporte material sobre el que se trabaja, esto es, el granito. Nos referimos a la tendencia a acusar algunos rasgos a base de profundas escotaduras e incisiones, produciendo un potente efecto de claroscuro, pues de otro modo ciertas partes del cuerpo no obtendrían la debida plasticidad. Recuérdese que la talla del granito exige una técnica diferente a la que se emplea en el trabajo del mármol o de la imaginería sobre madera.
Como se ha podido comprobar por estudios de panteones anteriores, no solemos hacer uso de un análisis exhaustivo de la calidad técnica de las imágenes plásticas, pues no debemos olvidar que nos movemos en el ámbito del arte popular, y evidentemente, por norma, dentro de este marco, no cabe esperar mucho alarde pericial de los artistas. Sin embargo, al enfrentarnos con el panteón de Celeiros, al igual que ocurre con otras obras de esta época, no podemos hablar ya estrictamente de arte popular, aunque en el fondo estos monumentos difícilmente se escapan a esta categoría. En efecto, al examinar los grandes ángeles orantes de este panteón observamos dos detalles de sumo interés:
• Primero las cabezas: tanto por el peinado, como por el tipo de rostro, se aprecia con nitidez una concepción clasicista demostrándose con ello influencias académicas en el estilo del cantero.
• Estos ángeles están labrados en un sólo bloque, incluídas las alas. Estas alas son en líneas generales de escaso espesor, sobre todo en los extremos inferiores. La pericia técnica, el conocimiento de las posibilidades de la talla de los granitos del país, así como de sus propiedades plásticas por parte del cantero que realizó estas esculturas es verdaderamente encomiable, y es señal de que estamos ante un personaje de un gran talento artístico.
A no ser el célebre Cristo da Luz del Hío (Cangas do Morrazo), en realidad no conocemos otro monumento con semejante despliegue técnico. Es por ello, por la labra de esas alas, y por el tipo de rostros clasicistas, que ya se hace impropio hablar de cantero para referirse al ejecutor del panteón de Celeiros. Pero, como se ha visto por la crítica estilística, tampoco se nos presenta fácil elevarlo al rango de artista de primera línea. Asimismo no podemos olvidar que quizás, la participación de varios operarios de menor preparación en la realización del monumento sea la causa de la existencia de deficiencias. Sostenemos esta hipótesis en base a que si un cantero es capaz de tallar unos rostros tan perfectos que demuestran además algún tipo de estudio académico, y puede labrar unas alas tan finas sin que se hayan producido roturas, no acabamos de entender por qué le costó más elaborar la configuración de las anatomías. Evidentemente, también es posible la existencia de otros ponderables, como por ejemplo, la relación entre precio y tiempo de realización de la obra.
Respecto a la autoría del panteón, de momento no se tuvo la oportunidad de localizar ningún documento directo que aclarase este tema. En diversas publicaciones, recogiendo tradiciones orales locales muy extendidas y antiguas, se ha aludido a la paternidad artística del llamado en contextos populares y bibliográficos el Mestre Cerviño, al cual se le atribuyen en el área de Ponteareas un buen número de producciones. Pero al analizar las obras legadas por el Maestro Cerviño, simplificando las cosas un poco, hemos percibido la existencia de dos estilos muy diferentes que remiten a la actuación de dos profesionales trabajando independientemente el uno del otro. En la actualidad estamos en condiciones de afirmar que bajo la denominación popular de Mestre Cerviño se ocultan dos artistas de gran importancia en su época: José Cerviño García (1843-1922) e Ignacio Cerviño Quinteiro (1839-post1901). De José Cerviño ya hemos hablado algo al estudiar los panteones de Antas, Valongo, Lantaño y Lois. La cuestión, que ha llevado a arduas polémicas, parte de que la tradición oral ha fundido en una sola persona la vida y obra de estos dos artistas, dando como resultado el ya citado Mestre Cerviño. Los estudiosos del tema adoptaron posturas radicales, y así, mientras unos atribuyeron todas las obras relacionadas con el vulgar Mestre Cerviño a José, otros prefirieron a Ignacio Cerviño. El tema es mucho más profundo de lo que algunos autores pensaron como para solucionarlo de un plumazo: a falta de otro tipo de documentación, es totalmente necesario el análisis artístico de cada monumento para tratar de averiguar cuáles obras pertenecen a uno, y cuáles son del otro. Sea como fuere, y así quedará demostrado en próximos artículos, hoy sabemos que el autor del presente panteón fue José Cerviño García, del cual no sólo consta haber realizado estudios en alguna escuela de bellas artes, sino que además, en su estilo abunda la influencia de la estética clasicista.
De todos modos, a cerca del panteón de Celeiros se han conservado otras tradiciones orales que no queremos omitir. Una vecina del lugar de ochenta años nos relató que un tío suyo, nacido hacia 1860, esto es, contemporáneo de la construcción del panteón, recordaba que su autor fuera un cantero de nombre Fontán, y que el monumento había costado 7.000 rs. Por otras fuentes, pero siempre de carácter oral, se citaba otro cantero local como su autor, pero estas informaciones se revelaron inviables, pues se referían a una persona nacida con posterioridad a la erección del panteón. Asimismo, otro vecino nos confirmó que este cantero, en realidad se había limitado a la apertura de varias habitaciones funerarias inmediatas al monumento. En lo que atañe al citado Fontán, difícilmente puede tratarse del célebre Manuel Fontán Armiñán (1877-1943), personaje con un importante legado artístico en la zona de Ponteareas, por razones cronológicas obvias. Sin embargo, sería conveniente no perder de vista al padre de este último, Juan Fontán Casal (1852-1908), originario de Xeve, pero instalado en Ponteareas, donde casó y estuvo trabajando, según se dice en varias obras públicas y edificios particulares de la villa. De todos modos, de este Juan Fontán no conocemos obras artísticas concretas, o al menos que se le atribuya alguna popularmente, aparte de las mencionadas. Sea como fuere, en este tipo de monumentos como el panteón de Celeiros, probablemente trabajaba un equipo de canteros, bajo las órdenes de un contratista, el cual no dejaba de ser otro cantero, pero que era el que marcaba las directrices, y cuya identidad cae bajo la denominación popular de Mestre Cerviño. Llegados a este punto, si queremos algún día discernir quién se oculta tras los cinceles de Celeiros, si José o Ignacio Cerviño, no hay otra alternativa que el estudio artistico del panteón, y aguardar que datos suministrados por otras producciones aclaren la cuestión.
Hablemos ahora de los comitentes del panteón: la familia Candeira. Los Candeira eran una de las principales familias de la parroquia. De ellos se conserva una lúcida memoria en los actuales vecinos de Celeiros. No obstante, se debe considerar que las varias ramas de esta familia mantuvieron un relevante papel social en el área en épocas más recientes. Pero remontándonos en el tiempo hasta fines del siglo pasado, nos encontramos con una inportante familia por su poderío económico (sus propiedades eran inmensas), posiblemente sin comparación en la misma parroquia, en la que tal vez ejerciesen algún tipo de jefatura social, como era frecuente en la Galicia rural de la época al disponer de una posición social preeminente. Desde luego, lo que se recuerda hoy acerca de esta familia son dos cosas: su potencial económico traducido en la posesión de numerosos solares, y su gran munificencia por los considerables donativos otorgados a la parroquia. En efecto, promoción de uno de sus vástagos, Manuel A. Candeira, fue el retablo del Cristo de la Salud, realizado en 1874 e instalado todavía tras el altar mayor de la iglesia parroquial. Donativos de recuerdo perenne fueron, además del terreno para la construcción del cementerio, una amplia parcela cercana a la iglesia para que fuese arrendada, y cuyas rentas iban destinadas a auxilio de los pobres de la parroquia. Sin lugar a dudas, los Candeira constituían una élite social, y parece ser que parte de sus beneficios fueron utilizados para preservación de la memoria del linaje, bien a través de sonadas donaciones, bien financiando obras religiosas como el retablo y el panteón. Y no cabe la menor duda, que al menos por el momento lo consiguieron sobradamente. De ello son prueba estas líneas.
Si los Candeira integraban una élite social, lo habían de demostrar también a la hora de planificar su última morada, tratando de marcar diferencias con sus convecinos. Sin lugar a dudas, el monumento es todo un panteón, colocado justamente en el centro del cementerio, y ante el portalón de entrada: un completo privilegio para la familia donante del terreno. Desde luego alguna ventaja habría de obtener después de tanto altruísmo, además de ser totalmente necesario subrayar inequívocamente su indudable relevancia social. De las pretensiones de afirmar su preeminencia social no caben muchas dudas al abordar el estudio de la concepción artística del monumento. Es éste una construcción arquitectónica, pero fue decorado con tantas aplicaciones plásticas, sobre todo con esculturas de bulto redondo, que el aspecto arquitectónico casi pasa a un segundo plano en beneficio de la imagen, alcanzándose el grado de amalgama escultórica. Además se debe tener presente el desarrollo en altura, que aún no pasando de unas modestas proporciones, constituye todo una simbología de afirmación de magnificencia y grandeza; de mal disimulado deseo de corroborar con la erección de la última morada la más elevada categoría social de la familia, frente a sus convecinos labriegos.
Tanto en el aspecto arquitectónico como en el plástico, este panteón supera con mucho a los otros dos de Forzáns y Anceu, tan sólo éste último dos años anterior. Además en el panteón de Celeiros el sentido familiar de la obra es más acusado al construirse un verdadero bloque de nichos que dieran alojamiento a multiples miembros de la familia.
También iconográficamente el de Celeiros tiene muy pocos puntos comunes con los anteriormente citados. La base plástica teórica es muy diferente. Aquí no constan más abstracciones personificadas que la imagen sedente de la Fe, muy semejante a la de Anceu. También se evitó el abuso de motivos fúnebres explícitos que con tanta contundencia se aplicaron en Anceu. En este sentido, el panteón de Celeiros gira claramente en la órbita de la piedad popular, sin emplear especulaciones teóricas ajenas a la práctica religiosa tradicional. Pero tampoco se aproxima a la piedad vulgar expresada por las esculturas de Forzáns.
Ahora el punto de mayor relieve del monumento lo ocupa la efigie de la Inmaculada, la Madre de Cristo, que ascendió y reside en los Cielos, pero que del mismo modo que está en los altares de las iglesias, en este caso se instaló piadosamente en un catafalco para que ruegue en las más altas instancias del Cielo a Dios y a su Hijo, por la salvación de los miembros de la familia allí inhumados. Para asegurar la salvación de su alma cualquier católico dirigiría sus oraciones bien directamente a Dios, o a Cristo, o a alguno de sus intermediarios, los santos o la Virgen. Pero en el caso del panteón de los Candeira, la Virgen no se plasmó concretamente como una imagen protectora, inmóvil, sujeto pasivo de ruegos y oraciones, sino como agente activo, dirigiéndose a los Cielos para interceder por la salvación de los Candeira. Allí está para siempre con el brazo extendido y el rostro levantado mirando a los Cielos en demanda de compasión para aquellos pecadores mortales. En cierto modo es una iconografía relativamente rara, pero en otros panteones y obras de la época también se puede observar concrecciones plásticas de estilo semejante.
En Celeiros la imagen católica de la Fe sigue ocupando un lugar importante, bien visible, y bien elevado, pero ya de menor relevancia, en favor de la Virgen. En este caso pudo más la piedad popular que la mera abstracción teológica, probablemente no bien entendida por todo el mundo. De todos modos, sigue apareciendo con el semblante serio, y con los ojos vendados, testimonio pétreo de las firmes convicciones religiosas de los promotores de la obra.
Una aportación muy interesante es la de los dos ángeles que hay ambos lados del sarcófago. Están arrodillados y captados en plena y perenne oración: incluso uno de ellos dirige el rostro hacia el Cielo, probablemente orando por la salvación de los difuntos. En fin, nuevos actores que se suman a la agitada acción de la Virgen, todo ello para garantizar la benevolencia divina.
Los motivos decorativos estrictamente funerarios son realmente escasos. Destacan los paños de alivio colgados en los laterales, así como los querubines de las esquinas frontales portadores de antorchas. Tampoco se puede olvidar de la representación de la fugacidad de la vida terrena y la inexorabilidad de la muerte (las guadañas cruzadas y el reloj de arena), junto con la imagen del buho que como ya hemos comentado al hablar del panteón de Anceu, es el animal agorero por excelencia dentro de las creencias populares. De todos modos, a medio camino entre lo arquitectónico y lo decorativo destaca el gran sarcófago pétreo del segundo cuerpo. Es éste elemento, de formas macizas, rotundas, de líneas mucho más pesadas que el de Forzáns, y desde luego en nada se aproxima a los más estéticamente esbeltos de Antas, Valongo, Lantaño y Lois.
En conclusión, se aprecia en Celeiros una combinación plástica de piedad popular oficial y extraoficial, y teología. No obstante, el predominio de la primera es indiscutible. Si en Anceu todo era especulación sobre el sentido intrínseco de la vida y la terribilidad de la muerte, en Celeiros no hay lugar para reflexiones tan profundas y abstractas; el monumento funerario se concibe pragmáticamente como una morada para los difuntos, y una oración permanente y petrificada por ellos. Los comitentes expresaban así de un modo definitivo su indudable piedad, apreciadísima virtud en las altas clases sociales de la época, aúnque en la vida cotidiana se comportasen como verdaderas aves rapaces.

Vigo a 14 de Junio del 2002



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42
Los panteones de Antas, Valongo, Lantaño y Lois



En los atrios de las parroquias pontevedresas de Antas (A Lama), Valongo (Cotobade), Lantaño (Portas) y Lois (Ribadumia) podemos contemplar un tipo de panteón familiar caracterizado por responder a un mismo esquema arquitectónico, que por ser idéntico en los cuatro casos nos permite una descripción común para los cuatro casos:




Antas
Valongo
Lantaño

En esencia los cuatro panteones se alzan sobre un doble zócalo el cual da paso a un cuerpo de dos nichos superpuestos de carga frontal, decorado en las esquinas bien con columnillas de capitel compuesto, bien con pilastras (Valongo), rematando esta unidad por su parte superior en una prominente cornisa. Sobre esta unidad se dispuso un gran féretro péteo coronado por una especie de frontón en cuyo vértice, sobre una bola se yergue una pequeña cruz refulgente. El sarcófago está apoyado en cuatro bolas y rodeado en las esquinas por respectivos pináculos piramidales. En el panteón de Valongo, sobre el féretro hay un cráneo acompañado de dos tibias cruzadas. La altura de estos panteones alcanza los 3,5 m.
El panteón de Antas se encuentra arrimado al testero de la capilla mayor de la iglesia parroquial. Podría pensarse que esta ubicación es muy discreta, pues ciertamente la entrada principal al atrio está en el otro extremo, frente a la puerta de la iglesia. Pero el muro del atrio dispone de otro acceso secundario precisamente enfrente del panteón, que probablemente era asimismo muy utilizado, si no el más usado. En el frontal del ataud hay una inscripción en siete líneas, de las cuales, sólamente hemos podido leer las tres últimas donde se dice: 1873 / MTO. / J. CERVIÑO. La tradición oral de la comarca recuerda que este monumento fue levantado por el cantero de Aguasantas (Cotobade) José Cerviño García. Es una lástima que no hayamos alcanzado a averiguar que fue escrito en las cuatro líneas precedentes a las referidas, pero la información que nos suministran estas últimas es de una importancia vital para nuestros propósitos. Más abajo hablaremos de este José Cerviño.
El panteón de Valongo es propiedad actual de Dª. Celia Muiños. Se localiza ante la puerta principal de la Iglesia, en el extremo del atrio. Cuando el visitante se acerca a la iglesia subiendo por la carretera proveniente de Aguasantas, distante del atrio sobre un centenar de metros, allá a lo lejos, ante la iglesia, destaca con mucha elocuencia el panteón. No dispone de inscripciones conmemorativas, remontándose la inhumación más antigua a 1901. En efecto, por el grado de conservación es datable a fines del siglo XIX, si bien, más precisiones cronológicas son aventuradas por el momento. Acerca de este monumento contamos con algunas informaciones provenientes de la tradición oral de la parroquia. Parece ser que fue encargado por D. José Caramés, del que se dice que era cirujano (médico). Le había costado su confección 3.000 rs., o lo que es lo mismo, 750 pts. de entonces, y según se cuenta, había muerto unos veinte años después de quedar concluído. Si esta información es cierta, quizás el panteón haya sido construído hacia 1880, lo cual, a falta de otros datos, es viable. Asimismo, se refiere insistentemente que el cantero ocupado en su ejecución había sido el ya citado José Cerviño García.
El panteón de Lantaño se encuentra en una esquina del atrio de la iglesia parroquial, junto a la entrada del recinto, al cual se llega tras ascender una larga escalinata. No consta acerca de esta obra ni inscripciones, ni otros datos cronológicos. Sí nos informaron algunos vecinos, su pertenencia a la familia Patiño, los cuales tenían su residencia en el pazo de Cartín.
Poco podemos decir del panteón de Lois a causa de estar éste embutido entre otros panteones más recientes, con lo que no nos fue posible realizar un mejor examen. Desde luego, morfológicamente es muy semejante a los ya descritos.
En conclusión, estamos ante cuatro panteones que responden estrictamente al mismo esquema arquitectónico. El de Antas fue construído por José Cerviño García. La tradición oral también atribuye la autoría del de Valongo a este mismo cantero. Respecto al de Lantaño, ya vimos que prácticamente es una copia del de Antas por lo que no sería extraño que también le cupiese a José Cerviño su paternidad artística. Cronológicamente sólo se puede datar con precisión el de Antas (1873) gracias a la inscripción conservada, pero de los otros tres no es mucho lo que se puede avanzar. Desde luego, estilísticamente son encuadrables en la octava y novena décadas del siglo XIX, tal como se aprecia en ciertos paralelos bien datados y de los que nos ocuparemos en futuros artículos.
Podría parecer que en este tipo de panteón apenas hay concesiones a la decoración; se diría que hay un predominio de la estructura arquitectónica del monumento. Pero este planteamiento es muy relativo. Si los comparamos con los túmulos estudiados con anterioridad de Forzáns (Pontecaldelas) y de Anceu (Pontecaldelas), lo primero que salta a la vista es la ausencia de aplicaciones plásticas. Pero esta observación es más aparente que real, pues la presencia de ese enorme ataud pétreo coronando el monumento y reforzando contundentemente el caracter funerario del monumento, por no ser funcional, evidentemente es decorativo. Adornos son también los pináculos, cuyo empleo nos remite a la persistencia y favor que tuvo en el arte popular gallego este elemento barroco, los cuales no faltan en hórreos, iglesias, capillas, entradas de casas, etc. Aunque es un recurso muy utilizado por el romanticismo decimonónico, probablemente debió llamar mucho la atención del pueblo la instalación del féretro de piedra sobre las bolas, situadas al borde de una pequeña plataforma. La imagen de inestabilidad emanada de la observación de este elemento es evidente, y desde luego anecdóticamente curiosa. Sea como fuere, la severidad de las líneas, y la escasa concesión al empleo de decoración escultórica le otorga a este tipo de panteón un carácter funerario muy marcado. Es cierto que este aspecto funerario tampoco está disimulado en los panteones de Forzáns o de Anceu, pero en éstos, el empleo de figuraciones escultórica y relivarias matiza esta percepción, si bien sin anularla. Por lo demás, estos panteones están en la línea estética del de Forzáns, si bien en los que ahora nos ocupa, quizás por ser menos voluminosos, son también más esbeltos. Además, el tipo de ataud está estéticamente más logrado que el de Forzáns.
Como se ha podido comprobar con el análisis precedente, estos panteones o son obra directa, o bien pertenecen al círculo del cantero José Cerviño García. Este personaje, nacido en Aguasantas en 1843 y fallecido en la misma localidad en 1922 es el artista popular cumbre, no solamente de su época, sino mejor, de toda la historia de la cantería galaica. No es este el momento de profundizar en su vida y obra, pues tenemos en preparación un trabajo monográfico sobre él que verá la luz en próximas fechas. En efecto es necesario primero ir presentando sus creaciones artísticas para podernos familiarizar con su universo estético. Además, dado que salvo en el caso del panteón de Antas y el de Aguasantas, nunca firmaba sus producciones, sólamente tras un detenido análisis artístico es posible ir identificándolas, y separándolas de las de otros canteros contemporáneos.

La Laguna, a 16 de Mayo del 2002


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Comentario:
BENITO CAMPOS GARCIA, 1985

Folleto publicado por Excma. Diputación Provincial de Pontevedra

Viajero español o extranjero. De cualquier punto cardinal del planeta. Quien quiera que seas, puesto que en arte no existe raza, color, nacionalidad, estirpe... Acabas o te dispones a admirar y contemplar una obra única realizada por un artista único: un simple cantero de nuestra tierra.
Me explicaré: el artista, el imaginero que hizo realidad esa obra tan perfecta de convertir el duro granito de nuestro suelo en imágenes vivientes, en escenas realizadas en ordenado movimiento, no sabía ni supo nunca en su vida -setenta y nueve años- de órdenes y estilos arquitectónicos, aunque el modo de concebirla corresponde al Barroco. Pero sí, este artista que realizó tantas obras importantes en piedra, madera, escayola, era perfecto conocedor de la materia prima sobre la que trabajaba y conocía sus secretos: ablandarlas para mejor trabajarlas, soldarlas, templarlas para mejor endurecerlas al final. Así poseen esa resistencia increíble que tienen los Santiagos Caballeros que sostienen las patas traseras y que adornan hórreos de Aguasantas, sobre todo en Coutada, su barrio natal.
Cangas de Morrazo, Lourizán, Xende, Gaxate, O Carballiño, Pontedeume, Salamanca, Madrid... son algunos de los pueblos de Galicia y de España en donde se conoce su obra. Montero Ríos, don Eugenio, varias veces Ministro y Presidente del gobierno entre los años 1870 y 1905, después de hacerle varias obras en su finca de Lourizán-Pontevedra, Escuela de Capataces Forestales en la actualidad y Centro de Investigación y rincón digno de visitar, llevó al artista a Madrid para que le hiciera obras por su encargo. Así trabajó también en Salamanca para alguno de los amigos de Montero Ríos.

JOSÉ CERVIÑO GARCÍA, éste es el nombre del artista, nace en el año 1842 en el barrio de Pena, parroquia de Aguasantas, municipio de Cotobade, en la provincia de Pontevedra de padres labriegos y pobres, siendo esta pobreza, compañera de su vida, la que le obligó, a la corta edad de 11 años, a comenzar a trabajar de "pinche" en una cantera, cerca de su casa.

Con los pocos conocimientos que pudo adquirir asistiendo desde los seis años a la escuela primaria, asistencia que alterna ayudando a sus padres en las faenas agrícolas, comenzó a "ganar el pan con el sudor de su frente" y muy pronto se manifiestan sus dotes de artista aunque empezase lógicamente como aprendiz de cantero teniendo como primeras misiones el llevar al anochecer, y recogerlas a la mañana siguiente, las herramientas (picos, cinceles, punteros, etc.) al herrero, desde donde las trasladaba a la obra en renovado estado de utilización para el trabajo diario.

"Pepe da Pena", nombre con el que se le conocía entre los vecinos por su oriundez, comenzó a retrasarse en su llegada matutina al trabajo al poco tiempo de iniciarse como aprendiz, lo que empezó a causar extrañéza entre los obreros dado que su diligencia y puntualidad eran notorias. EL maestro de la obra pidió al herrero explicación sobre los motivos por los que no alistaba las herramientas mas temprano, recibiendo como respuesta que los utensilios quedaban preparados desde la víspera y que Pepe da Pena los recogía todas las amanecidas, añadiendo el herrero que incluso antes de que se levantara y que había observado que el aprendiz se daba incluso mas prisa para marchar. Ante tal hecho se propuso averiguar el motivo de la actitud del "pinche". Primero notó que las herramientas llegaban con ligeros vestigios de uso, pero todas por igual. Una mañana le siguió y vio como en un determinado punto del camino se desviaba para internarse en un espeso retamar. Se acercó cautelosamente a los pocos minutos y ¡cuál no sería su sorpresa!, vio a Pepe da Pena, hincado de rodillas sobre una gran mole de piedra que tenía convertida ya en una cerda con siete cerditos en actitud de mamar.

El artista había nacido. Hoy es el orgullo de su tierra natal. Su obra pertenece a la posteridad. Pepe da Pena -José Cerviño García en las aguas bautismales- tiene asegurado un lugar destacado entre los artistas pontevedreses.

Restauración de iglesias, retablos, cruceiros, imágenes, panteones, "capillas de ánimas" en las encrucijadas... constituyen la mayor parte de su obra. Es significativo en las capillitas de ánimas y en los retablos esculpiese siempre la imagen de la Virgen del Carmen con su escapulario, y debajo almas ardiendo en el purgatorio, con los brazos abiertos pidiendo la salvación, sin que tampoco falte la figura del obipo o cura tocado del bonete de cuatro picos. Este bonete es la firma de muchas de sus obras.

Este cruceiro, esta maravilla de ingenio y trabajo, lo hizo José Cerviño en sus horas libres. Se había desplazado aquí, a Hío, para trabajar en la construcción como cantero. Aprovechaba los días de lluvia y de resaca, en los que se ve que no le faltaba inspiración, para modelar la piedra guardada en una de estas casa próximas hasta que, convertida en el crucero más representativo de los gallegos, fue erguido donde hoy lo contemplan. Así materializaron las manos de Pepe da Pena esta famosa obra, admirada para memoria del futuro, e inmortalizadora del artista que logró concluirla antes de haber cumplido los treinta años de edad.

Después de una vida sencilla y resignada, este artista honrado y limpio de espíritu que nos legó lo que nadie pudo arrebatarle, murió a primeros de enero de 1922 en su casa de Pena, la que con gran sacrificio construyera. Ciego en los últimos años de su vida, siguió trabajando ayudado por su segunda esposa, Telesfora Cerviño Montero, quien se convertía en una extensión de las manos del artista, cuando por el tacto, iba precisándole donde había que rebajar la madera para perfeccionarla.
En esa casa, que construyó como queda apuntado, en el barrio de Pena de Aguasantas, son dignos de admirar los retratos a lápiz hechos por este genio autodidacta. Era tanta la indigencia en que murió José Cerviño que para pagar su funeral tuvieron que pedir limosna en la iglesia. Hombre desinteresado, no faltó a su lado quen se aprovechase de su trabajo y de su arte. Descansa en el panteón que el mismo se construyó en el cementerio de Aguasantas. En lugar destacado de la construcción se halla su "logotipo": el bonete de cuatro picos.

Carece de epitafio pero bien merece una dedicatoria: José Cerviño García para la posteridad. Pepe da Pena para tus paisanos. Fuiste un genio, un artista que venciste al tiempo con obras inmortales. Moriste pobre, para no ser menos que otros artistas famosos. Serás perpetuamente símbolo de los "canteiros de Cotobade".

Explicación del contenido del crucero.
El crucero representa la historia de la salvación.

Consta de tres partes:

1ª En el basamento: Caída del Hombre (Pecado original)
2ª En el fuste: Promesa de Salvación (la Virgen nos traerá a Jesús)
3ª En la cruz: Realización de la Promesa (la Redención - el Descendimiento)

A) EL BASAMENTO.
Está compuesto por cuatro hornacinas que representan tres pasajes claramente diferenciados: a) El pecado original (Adán y Eva en el Paraíso). Obsérvese que Adán mira de frente (hornacina posterior) mientras que Eva contempla el árbol del Bien y del Mal y más concretamente al diablo representado por la serpiente. Al situar las dos figuras separadas en hornacinas diferentes parece que el autor quiso remarcar las distintas posiciones de Adán y Eva. Adán parece confiado, rezando, ajeno a la tentación que estaba sucediendo. Eva está atenta a la conversación con el diablo y da la espalda al exterior, al Creador.
La solución de continuidad entre las dos hornacinas viene determinada por la vegetación del Paraíso. Si se mira en diagonal, desde la hornacina izquierda, puede verse la unidad del pasaje.

b) Cristo resucitado en el Limbo de los Justos: Según la Teología tradicional el pecado de Adán y Eva cerró las puertas del Cielo de tal manera que los justos desde Adán hasta la Resurrección no podían ir al Cielo por estar cerrado; no iban al infierno porque eran justos; iban al Limbo de los Justos hasta que cristo resucitado les abrió las puertas (hornacina de la derecha) y les llevó al Cielo.

c) La hornacina principal representa a la Virgen del Carmen como intercesora de las almas del Purgatorio. Su posición frontal respecto al crucero parece ser una concesión del artista a la devoción de los hombre del mar a la Virgen del Carmen.

B) EL FUSTE.

Representa la Promesa de Salvación.
Adán y Eva aparecen desnudos fuera del Paraíso, y debajo de la Purísima que va a traernos la liberación. Adán aparece consciente del pecado (demuestra su preocupación llevando las manos a la cabeza) mientras que Eva, sólo siente vergüenza de su desnudez. Una vez más el artista culpa a la mujer de la situación.

Para explicar la Promesa de Salvación, decimos que el artista esculpe la figura de la Purísima Concepción (Génesis, cap. 3º, versículo 15), y la remarca con figuras de dos ángeles, uno aplastando la cabeza del dragón que quiere devorar al niño, y el otro llevando al niño fuera del alcance del dragón. (Apocalipsis, cap. 12, versículo 4).

C) EL REMATE: LA CRUZ.
Representa el cumplimiento de la Promesa con la muerte de Cristo y su Descendimiento de la Cruz.

Al pie de la cruz, se observa claramente, la escultura de la Dolorosa y otras piadosas mujeres de las que nos habla San Juan. (Cap. 19, versículo 25).

BENITO CAMPOS GARCIA

De Cruceiros, cruces de piedra:

Comentario:
Según algunas fuentes, se estima que en Galicia puede haber unos 12000 cruceiros.





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